Dios dijo: “Haré con vosotros pacto eterno” (Is.55:3)
¡Vaya años inesperados que nos ha tocado vivir a causa de esta pandemia, y del consiguiente resguardo! Hemos temido y dudado, pero también hemos aprendido y hemos sido sorprendidos por la mano de Dios, ¡y lo más glorioso es que aún tenemos confianza, como San Pablo dijo, después de una vida marcada por las pruebas, “he guardado la fe” (II Tim.4:7).
Ahora bien, para que la fe nos brinde toda la seguridad posible debe estar basada en algo firme. Por ejemplo, para que usted esté tranquilo al hacer una TRATO con alguien en esta tierra lo ratifica con un CONTRATO, de común acuerdo. Ese instrumento legal provisto de firmas, datos, sellos y testigos le da una seguridad adicional, porque las simples palabras no sirven para confiar ni son seguras.
Igualmente nuestro Dios, al entregarnos todas sus promesas de bendición, hechas con amor de Padre a hijo, lo hizo a través de un PACTO, interponiendo la vida de Su Hijo Jesús en garantía, y sellándolo con la sangre de su sacrificio en la cruz.
PACTO DE POR VIDA
¿ME PERMITES UNA PREGUNTA: ¿CON QUIEN HARIAS UN CONTRATO DE POR VIDA? YO LO HARIA CON DIOS, SIN PENSARLO, PORQUE EL ES CONFIABLE, HONESTO Y TIENE PALABRA PARA CUMPLIR.
En esto días cambiantes nos hará bien recordar lo estable del fundamento de nuestra vida, que los hijos de Dios somos PERSONAS DE PACTO, ¡de unión con Dios!, y que gracias a esto tenemos un cimiento firme e inconmovible, lleno de promesas ratificadas que Él nos ha regalado. “He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto” (Heb.8:8)
Fíjate: En un gran sentido universal, todos somos iguales ante Dios, porque Él no hace acepción de personas (Hch.10:34); pero un sentido familiar, Él dice que los creyentes somos su “especial tesoro”, y la “niña de sus ojos” (Mal.3:17; Zac.2:8); así que nosotros no corremos con la misma suerte en la vida que antes de conocerle, porque ahora estamos en una relación de alianza con el Todopoderoso por la eternidad. “Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel: Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo” (Heb.8:10).
Estamos en una relación tan personal e íntima con El, tan ligados, mancomunados y unidos que nada puede separarnos de su amor, y de su cuidado. “Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos” (Heb.8:11).
LAS CLAUSULAS DEL CONTRATO
La primera y más importante estipulación de este pacto es preciosa, el perdón de nuestros pecados; pero además, sus cláusulas incluyen seguridad para todas las áreas de nuestra vida:
JUSTIFICACIÓN DIVINA: “Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades” (Heb.8:12).
SANACIÓN DIVINA: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores” (Is.56:4).
PROVISIÓN DIVINA: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Fil.4:19).
PROTECCIÓN DIVINA: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio” (Is.54:17).
ATENCIÓN DIVINA: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé” (Jos.1.5).
DIRECCIÓN DIVINA: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Jn.10:27).
ETC., ETC., ETC.
“¡TODAS LAS COSAS QUE TIENEN QUE VER CON LA VIDA Y LA BENEFICENCIA nos han sido dadas por su divino poder!, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales NOS HA DADO PRECIOSAS Y GRANDÍSIMAS PROMESAS, para que por ellas llegáramos a ser participantes de la naturaleza divina, estando ya aparte separados de la corrupción que hay en el mundo” (II Pe.2
1:3,4).
Así que, FIRMES Y ADELANTE, PERSONAS DE PACTO: Avancemos hacia el futuro muy confiados, sabiendo que somos amigos del Dueño del futuro. Ahora estamos ya reconciliados con Dios.
DI CONMNIGO: “SOY UNA PERSONA DE PACTO”
Te amo.
ARIEL ROMERO
(C) 2020
Que Bendición poder leerte Pastor.. Gracias