El Señor le dijo a Moisés, cuando le mandó hacer el Tabernáculo de Reunión, con todos sus detalles: “Haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado” (Heb.8:5).

EL DIOS QUE PROVEYÓ UNA GUÍA
Dios no nos abandonó a la vida para que la vivamos como “experimentando” respecto de lo que funciona para el exacto desarrollo de la misma.
En la Biblia nos explica que el Señor nos guía a través de modelos o patrones sobre los cuales caminemos seguros y lleguemos a la plenitud, caminando plácidamente hacia la eternidad con Él; por ejemplo:
Jesús nos enseñó a orar por medio una “oración modelo”, el así conocido como Padrenuestro.
En Efesios se nos explica que la voluntad de Dios es que todos crezcamos espiritualmente hasta llegar “a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef.4:13).
Pablo enseñaba que el Señor usa a personas cuyo ejemplo nos sirve de modelo espiritual para crecer en fe y en gracia: “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros” (Fil.3:17). “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe” (Heb.13:7).
POR QUÉ RAZÓN OCUPAMOS MODELOS
Hay tres cosas con la que podemos comparar el “modelaje” de vida para entenderlo mejor:
UN INSTRUCTIVO DE USO. El modelo de Dios funciona a manera de una guía de instrucciones o manual de operaciones del usuario que viene con toda maquinaria, herramienta o aparato que adquirimos, el cual a menudo nunca leemos ni consultamos.
UN PLANO ARQUITECTÓNICO. El modelo funciona a manera de los planos que hace un arquitecto preparando una construcción, en base al cual todos lo trabajadores se alínean para llevarlo a finalización y uso.
UN DISEÑO DE INGENIERÍA. El modelo funciona a manera del diseño de ingeniería de un nuevo vehículo a fabricar, el cual detalla el ensamble de todas sus piezas.
¡Instrumentos como estos logran el perfecto funcionamiento de las cosas que necesitamos! Y sin las guías provistas por el creador o fabricante simplemente no las podemos operar óptimamente.
EL MODELO DE DIOS PARA NOSOTROS
Dios nos creó en perfección y para gozar de todo bien, con el propósito definido de ser un canal de sus bondades y atributos para bendición de los demás, y Él, como creador, sabe el camino perfecto para cada una de las áreas de nuestra vida. Por ejemplo:
En nuestra persona. La Biblia nos dice que, estando compuestos de tres partes esenciales (espíritu, alma y cuerpo), es ese orden en el que debemos de atendernos, y no tergiversarlo a nuestro placer. “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (I Tes.5:23). No podemos atender primero el cuerpo o el alma, sin primero atender bien nuestro espíritu.
En nuestra sexualidad. La Biblia nos dice que el Señor nos dotó con el regalo de la sexualidad como el medio de disfrute matrimonial y la formación de una nueva familia. Para esto, un hombre y una mujer se atraen y deciden compartir su vida íntima juntos, asegurando en su momento la propagación de la especie. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (Gen.1:27,28). Todo acto íntimo sexual realizado fuera de los entorno de un pacto matrimonial es una salida fuera del modelo, y nos acarrea consecuencias. “La voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” (I Tes.4:3). “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Heb.13:4).
En nuestra familia. El orden de Dios para toda familia es este: Que “Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo” (I Cor.11:3). “Cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido” (Ef.5:33). “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor” (Col.3:20). La familia nunca llegará a más altos logros y satisfacciones que el cumplir cada uno con nuestro adecuado papel dentro de la familia.
En nuestro estilo de vida. La forma de vivir correcta es marcada por la sabiduría, por la pureza y el tomar en cuenta a Dios para todas las cosas. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mt.6:33). “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom.12:1,2). “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios” (Ef.5:15). “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (I Pe.1:17-19).
En nuestras finanzas. Dios quiere que pensemos de nosotros como “administradores” de los bienes que Él permite que pasen por nuestras manos, ¡nunca como dueños o señores de los mismos. Viéndonos, pues, como tales, administraremos bien el fruto de nuestro trabajo ateniendo a los varios aspectos de una buena mayordomía, entre ellos: El trabajo diligente y honesto, el honrarle a Él mediante nuestras aportaciones de agradecimiento para Su obra, suplir para el sustento de nuestras familias, dar espacio al ahorro y a la sabia inversión, así como cuidar nuestros hábitos de gasto, etc. “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día” (Dt.8:18). “Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos” (I Cr.29:12). “No confiéis en la violencia, Ni en la rapiña; no os envanezcáis; Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas” (Sal.62:10). “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (II Cor.9:8).
En la casa de Dios. La Biblia nos habla que Dios diseñó a la Iglesia para ser gobernada mediante una autoridad espiritual ideal que mantiene a su familia segura de toda falsedad y ataque espiritual. “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros. a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Ef.4:12,13). Así mismo, Él proveyó un esquema de liderazgo local que brinda eficiencia a través de los dones desarrollados en él. “Todos los santos en Cristo Jesús… con los obispos y diáconos” (Fil.1:1). “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso” (Heb.13:17). “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (I Pe.4:10). Cuando todos respetamos y seguimos el orden de Dios para la iglesia, somos bendecidos poderosamente como parte integral de la misma.
En esencia, este es el diseño de Dios para nosotros, y nadie deberíamos siquiera intentar despreciarlo, mucho menos tergiversarlo, acomodándolo a nuestro placer.
Ya que solo el plan de Dios es el que cuenta con su bendición segura, debemos evitar las consecuencias de salirnos de su modelo, porque finalmente ¡este es Su mundo!, y Él lo gobierna conforme a Su reglas de máxima sabiduría y amor.
VIVIR CONFORME A UN MODELO
Habiendo dicho esto, podemos concluir que vivir conforme al modelo divino es toda una nueva clase de vida, hermosa y provechosa, toda una forma de pensar y de ser, un estilo de vida bendecido desde el cielo y con recompensa en la eternidad.
Esta clase de de vida se define y resumen en los siguientes siete hechos:
Dios nos ha “mostrado un modelo perfecto” en su Palabra, para todos los aspectos de nuestra vida.
La mejor decisión de vida es acoplarnos al modelo a ese diseño.
La humanidad se puede catalogar entre dos tipos de personas: Los que se acercan voluntariamente hacia el modelo de Dios, y los que se alejan de ese modelo.
Nuestro futuro y eternidad está determinado por la respuesta positiva o negativa hacia el modelo de Dios respecto de todos los aspectos de nuestra vida.
Tu puedes esperar consecuencias personales y sociales conforme te separas del modelo de Dios.
Tú puedes confiar en que el modelo de Dios funciona y lleva la garantía de éxito y de bendición para ti y para los tuyos.
LLAMADO AL ALTAR
Todos los seres humanos nos hemos desviado alguna vez del plan perfecto de Dios para nuestra vidas, ya sea en menor o en mayor medida.
Pero hay una nueva oportunidad en Cristo Jesús, quien nos ofrece Su perdón y el comienzo de un proceso de restauración.
La palabra “pecado” en la Biblia es una traducción de varios términos originales, uno de los cuales significa literalmente “errar el blanco”, o sea, buscar la satisfacción del alma en los lugares, ideas y actos que nunca nos llevarán a ella. Y esto es pecar, es equivocar el rumbo, es fallarle al blanco.
La gran noticia en medio de todo esto es que Dios está listo para ayudarnos a recalcular nuestra dirección y apuntar hacia donde en realidad debemos dirigir nuestra búsqueda, y los pasos que tomamos en la vida.
¿Quisieras hoy pedir perdón por haber resistido al modelo de Dios?
Solo se toma fe en Dios. Creé en Él. Confía en Su modelo.
¿Quisieras hoy comenzar a confiar en los planes y normas que Dios diseñó para nosotros, y solicitar su ayuda?
Haz una oración sincera, y Él te ayudará dándote el poder sobrenatural para vivir la mejor clase de vida a la que puedes aspirar.
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn.10:10).
Ariel Romero López
(c) 2025
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