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SUSTENTADOS

¿Quién es realmente el que sostiene toda la creación? ¿Quién ampara a los desamparados, y vigila por quienes no tienen a nadie? ¿Quién es el que, en última instancia, provee alimento y aliento a todo ser viviente?

La Biblia nos dice en Hebreos 1:3 que Jesús, “siendo el resplandor de la gloria (de Dios), y la imagen misma de su sustancia”, es “quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”, y que, además, “habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”.

¡Yo lo creo!


LA ESTABILIDAD DEL CARACTER DE DIOS

Yo creo que, ya sea que lo notemos o no, hasta aquí realmente hemos sido sostenidos por Dios, individualmente y como humanidad. Aún con todas sus graves fallas y cambios, todavía vemos a un universo funcionando bajo un orden establecido, obedeciendo reglas físicas y químicas predecibles, y hasta una buena parte de la humanidad con gran sentido de espiritualidad y de justicia.

Como dice el antiguo poema Desiderata, atribuido a Max Ehrmann:

“Sea que te resulte claro o no,

indudablemente el universo marcha como debiera.

Aun con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos,

El mundo es todavia hermoso”.

Hace milenios, después de esa gran devastación global tan radical que conocemos como el diluvio, Dios estableció una ley, y dijo: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche” (Gen.8:22). ¿Por qué? Sencillamente porque así como hay cosas inestables, que pueden ser sacudidas, también hay otras que quedan estables, que siempre permanecen fijas como cosas que Dios dejó allí para recordarnos de su propia estabilidad y su continuo gobierno eterno.

Recuerda: Los sucesos cambiantes en la creación no vulneran el carácter confiable del Creador.

El Señor le dijo una vez a su pueblo: “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos” (Mal.3:6). “Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia, Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes” (Rom.9:29).


SOSTENIDOS Y SUSTENTADOS

Una de las cualidades de la Divinidad es su responsabilidad de sostener lo que él ha creado. ¡Y vaya que lo sostiene muy bien todo! En su aspecto mas general, su sustento de la creación se da en base a su piedad: “El da alimento a todo ser viviente, porque para siempre es su misericordia” (Sal.136:25). Sin embargo, su sustento para con su pueblo se da en base al pacto que hizo con nosotros por medio de Cristo: “Ha dado alimento a los que le temen; (porque) para siempre se acordará de su pacto” (Sal.111:5).

¿Te fijas la diferencia? Una cosa es sostener, y otra más profunda es sustentar. En su misericordia, y de una manera genérica y universal, Dios sostiene con alimento y aliento a todas sus criaturas durante su lapso de vida. Sin embargo, yendo aun más allá, él sustenta a quienes han decidido ser sus hijos suministrándoles, además del pan diario, suficiente gracia, valor, energía, disfrute, propósito y bendición durante la vida que les ha regalado a ellos. Ellos no solo son sostenidos, sino que se mantienen bien sustentados. Y estas son dos dimensiones muy distintas, algo así como la deferencia entre existir y realmente vivir.

Jesus, el mediador de nuestra salvación, lo quiso explicar cuando dijo: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn.10:10). La diferencia entre tener vida y vivir en abundancia es como la que hay entre sobrevivir y realmente disfrutar la vida, entre tener vida o vivir disfrutando al máximo, entre vivir de noche o vivir de día, entre mirar en blanco y negro o ver a todo color, entre beber solo agua insabora o disfrutar de todos los sabores que existen.

Entonces, Dios no solo te sostiene con vida, pero le imparte vida y plenitud a tus años. En Cristo, te ofrece no solo sostenimiento, sino completa sustentación.


BIEN SUSTENTADOS EN TODO

¿Qué significa, en sí, ser sustentados? Sustentación es sinónimo de manutención, sufragio, coste, pensión, beca. En su expresión más práctica, sustentar significa cuatro cosas: alimentar, sostener, guardar y atender. En base a la fidelidad de Dios, podemos confiar en su sustento manifestado en esas cuatro áreas:

  1. Dios ALIMENTA a todos sus hijos, tanto física como espiritualmente. Moisés le dijo a Israel: “(Dios) te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre” (Dt.8:3). Muchos años después, el salmista, a su vez, dijo: “Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan” (Sal.37:25).

  2. Dios SOSTIENE con su fuerza a los que están pasando por cualquier dolor. El profeta Isaías expresó que “(Dios) da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Is.40:29). A su vez, el apóstol Pablo escribió que el Padre “nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” (II Cor.1:4).

  3. Dios GUARDA nuestra fe muy firme y triunfante, ayudándonos a retenerla como un ancla en la vida, hasta el fin, en medio de todo. Pablo expresó en una ocasión: “Porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día” (II Tim.1:12). Luego, San Judas escribió que “(Dios) es poderoso para guardarnos sin caída, y presentarnos sin mancha delante de su gloria con gran alegría” (Jud.1:24).

  4. Dios ATIENDE con dedicación y atención nuestras oraciones, peticiones y necesidades. Se nos dice en el libro de los Salmos que “claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias” (Sal.34:17). El nos insta a través del profeta Jeremías: “Clama a , y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jer.33:1).

PODER DE SUSTENTACION

Cuando yo era chico me pregunté muchas veces cómo los aviones se podían sostener en el aire, siendo tan pesados; y recuerdo que mi madre nos compró un libro de ciencia que lo explicaba todo. Jamás he olvidado lo que leí, y ahora hasta uso los aviones con toda confianza. Estas grandes naves se sostienen volando gracias a la forma de sus alas, que son más curvas por su parte de arriba que por la de abajo, lo que les da lo que se conoce como “poder de sustentación”. Dios puso leyes físicas en su creación que producen esto. El hombre solo las utiliza a su favor, pero es él quien las provee. Su gran poder de sustentación puede beneficiarnos a nosotros en todas las áreas de nuestra vida. A través de él podemos mantenemos flotando durante todo el vuelo de nuestra vida, hasta llegar a nuestro destino final.

El apóstol San Juan, en su Evangelio, dijo acerca de Cristo, que “todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Jn.1:3). “El es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Col.1:17). El el mismo tenor, el apóstol San Pablo dijo en su discurso a los hombres de la antigua Atenas que: “En él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos” (Hch.17:28).

CONCLUSION

¿Te ha visitado la duda o te has sentido intranquilo recientemente? ¿Te ha preocupado tu seguridad física o la estabilidad de tu trabajo, o bien, tu sustento diario, en ocasión de todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor?

Hoy decide confiar de nuevo, y descansar. Hay Quien te sustenta desde el cielo.

Por cuanto has confiado en él, va a poder sostener tu nave en pleno vuelo.

¡Ya lo verás! No solo te sostiene, pero te sustenta.


(C) 2020 Ariel Romero Lopez

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