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EQUIPADOS PARA ACONSEJAR BIEN

Estando en un mundo dolido y afectado por las tinieblas espirituales, los creyentes tenemos la gran responsabilidad y buenísima oportunidad de aconsejar a otros con miras hacia su recuperación moral y su libertad personal. El sabio Salomón aconsejó:Rescata a los que están injustamente condenados a morir, sálvalos mientras van tambaleando hacia su muerte” (Pr.24:11).

Aun cuando muchos de nosotros no seamos psicólogos titulados o terapeutas certificados, los hijos de Dios tenemos una gran capacidad de aconsejar con amor y sabiduría, ya sea a individuos, a familias o a grupos de personas. Dijo el apóstol San Pablo: "Estamos seguros de todo esto debido a la gran confianza que tenemos en Dios por medio de Cristo. No es que pensemos que estamos capacitados para hacer algo por nuestra propia cuenta. Nuestra aptitud proviene de Dios. Él nos capacitó para que seamos ministros de su nuevo pacto" (2 Cor.3:4-6).



DE QUE MANERA ACONSEJAMOS

Como seguidores de Jesus, tenemos un enfoque único y especial para ayudar a las personas, porque solo nosotros, como representantes del Evangelio, creemos y llegamos a la raíz de los problemas que aquejan al hombre, a saber, el espíritu. "Pues de adentro, del corazón de la persona, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato, el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia, el orgullo y la necedad. Todas esas vilezas provienen de adentro; esas son las que los contaminan" (Mr.7:21-23). Ya que nosotros tomamos en cuenta este aspecto, aconsejamos en base a dos premisas básicas:

  1. Partimos desde el corazón de la persona y de su relación con Dios."Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!»" (2 Corintios 5:20).

  2. Atendemos, una vez contemplado lo anterior, las otras áreas del ser humano, siempre apelando a la ayuda de nuestro Creador: "Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva. Dios hará que esto suceda, porque aquel que los llama es fiel" (1 Tes.5:23,24).


DIOS: FUENTE DE TODO CONSEJO

Por ser el origen y Diseñador del ser humano, no podemos dejar a Dios de lado a la hora de tratar de ayudar o de aconsejar, por más que nos deslumbren los logros de la psicología moderna que no lo reconoce. Muchos profesionales de la salud lo hacen, dejando incompleto su tratamiento a los necesitados. Con dolor, Dios advirtió en cierta ocasión:“¡Ay de los hijos que se apartan, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!” (Is.30:1).

Sin despreciar el excelente aporte de la buena psicología secular, los obreros cristianos no podemos sentirnos apocados, ineptos e incapaces al atender a los demás, porque nosotros tenemos y oímos a Dios; si bien es cierto que al principio nuestra práctica pudiera ser torpe, el amor por ellos y el tiempo invertido en ayudarles nos hacen mas capaces y expertos.

Si bien es cierto que no somos el único eslabón en la cadena de apoyo que Dios en su misericordia puso para el ser humano, también es cierto que como consejeros cristianos somos una de las instancias más esenciales.


LOS DOS RECURSOS

Los creyentes tenemos un gran respaldo a la hora de practicar la consejería, puesto que se nos ha provisto de dos medios para dar consejo: La base de la palabra de Dios, y la obra del Espíritu Santo. Veamos cada uno de ellos:


1. EL PAPEL DE LA BIBLIA

Hoy es un tiempo urgente para usar la Biblia como el mejor manual de consejería. Hoy es un tiempo urgente para enfatizar sus cualidades únicas:

  • Infalibilidad. Su cualidad de nunca fallar en sus consejos y dictámenes.

  • Inerrancia. Su cualidad de no contener errores ni contradicciones en ella.

  • Eficacia. Su cualidad de ser efectiva para ayudar al ser humano.

  • Inmutabilidad. Su cualidad de nunca cambiar ni ser antigua, sino vigente.

Veamos que dicen varios de los autores bíblicos acerca de ella, inspirados por el Espíritu Santo:

David:“La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples” (Sal.119:130).

Salomón:“Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor” (Ecl.12:10).

San Pablo: “Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad” (II Cor.13:8).

Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (II Tim.3:16,17).

El Escritor de Hebreos: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Heb.4:12,13).

Pedro: “Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada” (I Pe.1:25).

Isaías:“Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Is.40:8).


2. EL PAPEL DEL ESPÍRITU SANTO

El trabajo del Espíritu de Dios mientras ministramos es magnífico, y superlativamente auxiliar en el trabajo de la consejería. Nos ayuda, por ejemplo, haciendo estas obras:

  • Discernimiento; el entendimiento de la situación de la persona, revelándonos aun el origen de su padecimiento y dándonos buen juicio para dictaminar un remedio.

  • Redargüimiento; confrontando a la persona ministrada con su posible participación y responsabilidad en la complicación del problema que le aqueja.

  • Convencimiento; producir en la persona ministrada la resolución de corazón necesaria para esforzarse a ser parte del cambio en su vida.

Las siguientes citas bíblicas nos hablan de ese gran apoyo sobrenatural del Espíritu para las personas que desean salir victoriosas:

“Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud” (Sal.143:10).

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente” (Sal.51:12).

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (I Cor.6:9-11).

"Que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva" (I Tes.5:23).


EL LIDER CRISTIANO COMO CONSEJERO

Es muy fácil que un pastor, (o capellán) sin darse cuenta, se involucre por amor demasiado en el apoyo de la persona necesitada, al punto de hacer la parte del esfuerzo que a ésta le corresponde. Ya que por definición se concibe a sí mismo como un "servidor de Dios" puede pasar la linea de convertirse en "sirviente de la gente".

La ventaja de pastorear mediante consejería es que ésta es solo eso, buenos consejos y orientaciones, aun tareas. Las principales acciones necesarias para salir de un problema o ser libres quedan en manos del aconsejado.

Dios dijo a Ezequiel: "Si les aviso a los perversos: “Ustedes están bajo pena de muerte”, pero tú no les das la advertencia, ellos morirán en sus pecados; y yo te haré responsable de su muerte. Si tú les adviertes, pero ellos se niegan a arrepentirse y siguen pecando, morirán en sus pecados; pero tú te habrás salvado porque me obedeciste" (Ez.3:18,19).


PLENOS EN CRISTO

Nuestra meta como consejeros cristianos es la plenitud en Cristo para toda persona. Así lo establece la Escritura. Debemos mantener claro que auxiliamos a las personas conforme los llevamos cada vez mas hacia la semejanza de Jesucristo, nuestro modelo. Si no estamos avanzando en este enfoque, tampoco estamos logrando mucho. La plenitud del hombre se halla en el "varón perfecto", a quien debemos irnos acoplando.

"Y ustedes están completos en él, quien es la cabeza de todo principado y autoridad". "En él ustedes han alcanzado la plenitud" (Col.2:10, RVA-2015/BLPH).

Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó por medio de su maravillosa gloria y excelencia" (2 Pe.1:3).

"A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre" (Col.1:28, RV60).

"No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús" (Fil.3:12).



(C) Ariel Romero López


Citas Bíblicas tomadas de la Nueva Traducción Viviente de las Sagradas Escrituras NTV, y otras, conforme se indica.


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