Anhelo de todo corazón que Dios nos enseñe a orar correctamente, de la forma que es eficaz, para que podamos crecer como sus hijos y retener las bendiciones que nos da, así como disfrutar las olas de su avivamiento que está enviando para nosotros. Estoy convencido de que en veces no hemos recibido una respuesta divina pronto o favorable simplemente porque no sabemos cómo debemos pedirla.
¿Será importante, entonces, “saber cómo orar” y “aprender” a orar bien? Estoy seguro que sí. Fíjate nomás la manera en que los siguientes versículos apuntan en ese sentido: “Mas tu cuando ores no seas como los hipócritas” (Mt.6:5). “Vosotros, pues, oraréis así” (Mt.6:9). “Pedís, y no recibís, porque pedís mal” (St.4:3); etc.
Jesús puso una gran importancia en enseñar no solo que tenemos el deber de orar, pero también en reflexionar sobre la forma en que debemos hacerlo. Así, pues, el asunto que determina muchas de nuestras nuestras victorias no consiste solo en orar en sí, sino en cómo estamos orando.
El Señor dio tantas enseñanzas acerca de la oración que realmente nos metió en una escuela sobre el tema, porque estaba interesado que sus seguidores gozáramos y lográramos nuestro propósito designado por Él.
Veamos algunos pasajes de los Cuatro Evangelios como ejemplo, y las Ocho Lecciones que en ellos se nos enseñan, mientras los leemos tratemos de imaginarnos que le estamos preguntando a Mateo, Marcos, Lucas y a Juan qué cosas les enseñó el Maestro acerca del la oración:
LA ESCUELA DE LA ORACIÓN, SEGÚN SAN MATEO
En el Evangelio Según San Mateo encontramos los siguientes principios acerca de la oración:
1. INTIMIDAD. Este es el requerimiento de orar también a solas con el Señor, no solo en la colectividad. “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mt.6:5,6).
2. SINCERIDAD. Antes que ensayar las palabras ya preparadas por otras personas, debemos usar las palabras propias que salgan de nuestro corazón. “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” (Mt.6:7,8).
3. PERDÓN. Ya que una de las cosas más importantes que necesitamos de parte de Dios es su perdón, debemos también estar dispuesto a otorgarlo a otros. “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mt.6:14,15).
4. REFUERZO. En ocasión de ocupar reforzar nuestra comunión con él, debemos echar mano del ayuno, que nos ayuda a concentrarnos más en lo espiritual que en lo terrenal. “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mt.6:16-18).
LA ESCUELA DE LA ORACIÓN, SEGÚN SAN MARCOS
El Evangelio Según San Marcos tampoco nos deja sin lecciones importantes respecto al tema vital de la oración. En el mismo Jesús nos enseña:
5. FE. Una de las cosas vitales al orar es creer, y no dudar. “Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” (Mr.11:20-24). (Cf. Heb.11:6, St.1:6; 5:15).
PERDÓN es algo que ya lo había dicho también San Mateo, pero que en su propio Evangelio San Marcos vuelve a enfatizar, la necesidad de otorgar nuestro perdón a otros, para que nuestras oraciones estén limpias delante de Dios. “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas” (Mr.11:25,26) (cf. I Pe.3:7).
LA ESCUELA DE LA ORACIÓN, SEGÚN SAN LUCAS
También en San Lucas encontramos preciosas lecciones acerca de la oración, amadas de la boca del propio Señor:
“Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. ” (Lc.11:1,2).
6. INSISTENCIA. Jesús remarcó el valor de la consistencia para una vida de oración firme. “Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite. Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Lc.11:5-10).
7. ARROJO. Para orar correctamente a Dios, se necesita un concepto correcto de Dios. Debemos entender que él es bueno, porque solo este hecho puede darnos la confianza necesaria para solicitar su ayuda y esperar en su respuesta. “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lc.11:11-13). (Cf. Sal.25:10; 100:5; 103:13; III Jn.1:2).
LA ESCUELA DE LA ORACIÓN, SEGÚN SAN JUAN
Por último, el cuarto evangelio nos provee una de las lecciones mas importantes que necesitamos aprender acerca de la oración:
8 ESPECIFICIDAD. Peticiones vagas y sin detalles no nos llevarán muy lejos en nuestra carrera por alcanzar milagros, pero sí las peticiones concretas, porque requieren mas fe de nuestra parte. Por tanto, seamos específicos, definidos y claros en cuanto a lo que necesitamos de parte de Dios. “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Jn.15:7).
LA ORACIÓN MODELO
Jesús resolvió el problema de no saber orar dándonos una guía en la Oración Modelo, el así conocido Padrenuestro. Esta oración aparece tanto en el Evangelio Según San Mateo como en el Evangelio de Lucas, y nos muestra que idealmente debe contener varios elementos:
“Vosotros, pues, oraréis así”, y “y cuando oréis decid” (Mt.6:9-13; Lc.11:2-4):
Padre nuestro.
Que estás en los cielos.
Santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestras deudas (o pecados).
Como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos metas en tentación.
Mas líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.
Amén.
Incluye y desarrolla cada una de estas partes en tu oración diaria delante del Señor. ¡Te cambiará verdaderamente la vida! Hace 20 años decidí usarla como mi guía diaria, ¡todos los días!, y no te imaginas el giro que dio a mi vida.
CONCLUSIÓN
¡Hay por toda la Biblia tantas más enseñanzas acerca de la oración! Esto es solo una breve introducción al tema.
Estoy seguro que muchas de las cosas tremendas que van a pasar o dejar de pasar en nuestras vidas y en nuestra generación estarán determinadas por nuestra práctica de la oración. De ahí la importancia de saber cómo orar correctamente.
“Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos” (Lc.11:1).
Sinceramente
Ariel Romero López
Pastor General - Ministerio Vino y Aceite Internacional
(2022)
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31 TEXTOS ACERCA DE LA ORACIÓN EFICAZ:
Lc.11:1
St.4:3
Mt.6:5,6
Mt.6:7,8
Mt.6:9-13
Mt.6:14,15
Mt.6:16-18
Mr.11:20-24
Mr.11:25,26
I Jn.5:14
I Jn.5:15
I Jn.5:16
I Cr.16:11
II Cr.6:21
II Cr.7:14
Ef.1:18
Ef.6:18
Jer.29:12
Jn.17:15
St.5:13
Mt.5:44
Mt.26:41
Pr.15:8
Sal.17:6
Sal.102:7
Sal.141:2
Rom.12:12
Sal.4:1
Sal.145:18
Pr.15:29
Lc.18:1
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