REPRENDIENDO EL "DOBLE ÁNIMO"
El valor de toda relación madura radica en una decisión madura. La indecisión, por otra parte, solo indica que allí no hay una genuina relación.
¿Cómo es nuestra relación con Dios, en realidad? ¿Es total, duradera y suficiente? ¿Está marcada por una verdadera comunión, y una resolución completa desde lo profundo del corazón?
LA NECESIDAD DE DECIDIRSE “DE UNA VEZ PARA SIEMPRE”
En los tiempos del Rey Acab (por allá en el 910 A.C. del antiguo Israel), “acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra” (I Rey.18:21). Ellos no pudieron responder a esta pregunta porque no querían abandona al dios Baal, y a la vez estaban sufriendo su mayor sequía como consecuencia de haber dejado a Jehová.
Así muchas veces está el pueblo de Dios hasta el día de hoy. “Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión” (Jl.3:14).
Muchas personas viven sabiendo que lo mejor para sus vidas es caminar cerca de Dios y tomarle en cuenta para todo en su vida, pero a la vez no parecen querer lanzarse completamente a entregarle el control total, pues quieren amarlo a la vez que amar a otras cosas que le desagradan.
Santiago exhorta: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones” (St.4:8).
ANOMALÍAS NATURALES Y ESPIRITUALES: ¿UN SER CON DOS CABEZAS?
Santiago explica que “el hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (St.1:8). Este estado se traduce también como “doble mente” ó “doblado pensamiento” y es la abominable condición de ser “irresoluto”, es decir, de no tomar una resolución definitiva respecto a Dios. Tener dos mentes sería semejante a tener dos cabezas: algo inaceptable.
En la naturaleza existen serpientes de dos cabezas, pero nunca es una especie, sino una anomalía, un defecto no deseado, un fenómeno que no puede funcionar. También entre los humanos existe una condición muy rara, que es nacer con dos cabezas. Se llama craniopagus-parasiticus. En el 2004 a un infante así le fue separada una de sus dos cabezas mediante cirugía, en el estado de Pensilvania, Estados Unidos. ¡Simplemente debía de hacerse! Era inconcebible no ayudarlo y “condenarlo” a continuar así su vida.
Una vez un predicador dijo que el hombre de “doble ánimo” es como un “humano de dos cabezas”, a quien se le dejó vivir así hasta la edad adulta sin ayudarlo, sin separarlo, arriesgándolo a que la gente lo considerara "un monstruo", "una aberración espantosa".
¡No podemos vivir deseando a Dios a la vez que amamos a la vida que a él no le agrada. Como decían nuestros abuelos, no podemos desear “la miel y la jícara”. En la vida y en la fe, no puede haber un hombre mirando en dos direcciones. Debe decidirse por una sola. Un hombre que quiera vivir así podría estar siendo animado por un demonio de “doble vida”.
EL PECADO DE LA IRRESOLUCIÓN
La irresolución es un uno de los pecados más desesperantes de nuestra parte para con Dios. A causa de esto implemente complicamos las cosas en su trato hacia nosotros. Nuestra relación con él se vuelve complicada. Y es que Dios simplemente no acepta el corazón vacilante y dividido, que no sabe lo que quiere, a la manera de un niño.
A los creyentes en Laodicea les fue dicho: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Ap.3:16).
En los cristianos, este pecado es un adulterio espiritual, porque caracteriza a una alguien que no se ha decidido plenamente por esa Persona a quien debe entregar su corazón. “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (St.4:4).
El doble ánimo es un asunto del corazón, porque dice que los que lo cometen deben de “purificar los corazones” (St.4:8). Además, es un adulterio anidado en el alma. “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?” (St.4:4,5).
ALGUNOS CASOS DE DOBLE ÁNIMO
Tenemos en el Nuevo Testamento varios casos que ejemplifican el problema del doble ánimo, entre ellos:
Los que querían seguir a Jesus, quienes pusieron varias excusas para no seguirle decididamente (Lc.9:57-62). “Señor, te seguiré, pero…”, dijo uno de ellos buscando un pretexto. El Maestro le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos, y tú ve y anuncia el reino de Dios”.
El joven rico, quien se alejó de Jesús luego que escuchó que el requerimiento para ser su discípulo era entregar los anhelos más profundos de su corazón (Lc.18:18-30).
Pedro, el discípulo atrevido, quien negó al Señor tres veces, luego de haber jurado que estaría dispuesto a morir por él (Lc.22:31-34 cf. 54-62).
El ser de una sola pieza es la condición requerida para ser un seguidor de Cristo: “Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lc.9:52).
LAS CONSECUENCIAS DE LA INESTABILIDAD
¿Cuáles son las consecuencias del grave problema de la doble moral? Son terribles, y entre ellas están:
No hay pleno gozo. “Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti” (Sal.16:2).
No hay paz, sino miedo. “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor” (I Jn.4:18).
No hay progreso espiritual. “Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros” (Jos.7:11-13).
No hay éxito real en nada. “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (St.1:8).
No calificar para el reino de Dios. “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Ap.3:16).
No estar alerta ante el engaño. “Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición” (II Pe.2:14). “(Pablo) casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (II Pe.3:16).
Como vemos, pues, la vida inestable es una vida indeseable.
LA DOBLE LENGUA: REFLEJO DEL ALMA
Uno de los más graves aspectos en los que se hace evidente la indecisión del corazón es lo que expresamos con la lengua. De esto tenemos varios ejemplos:
Al hacer promesas a Dios. “Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti” (Dt.23:21). “Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?” (Ecl.5:4-6)
Al hacer juramentos a los hombres. “Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación” (St.5:12).
Al bendecir y maldecir al mismo tiempo. “Ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así” (St.3:8-10).
Al hablar bien frente a alguno, y luego hablar mal detrás de él. “Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez” (I Tim.3:8). Otras versiones traducen, “no de dos lenguas, veraces, íntegros, de una sola palabra, no bilingües, sin hacer trampas”.
Lo que decimos con nuestra lengua es, pues, un reflejo de la condición de nuestro corazón. “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lc.6:45).
¡Qué trágico sería permitirnos vivir en esa dualidad de vida!
EL REMEDIO PARA EL DOBLEZ
¿Cuál es el remedio espiritual para la inestabilidad dudosa y la división de intereses que tiende a anidarse en nuestros corazones? He aquí lo que Dios pide en su Palabra:
Dejar de seguir ejemplos mediocres. “Cesa, hijo mío, de oír las enseñanzas que te hacen divagar de las razones de sabiduría” (Pr.19:27).
Decidirse por completo de inmediato. “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Jos.24:15).
Limpiar el corazón en arrepentimiento. “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones” (St.4:8).
Enfocarse en lo celestial y en lo espiritual: “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Col.3:2). “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro” (I Jn.3:3).
Madurar hacia el modelo de Cristo: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Ef.4:13,14).
La voluntad de Dios para nosotros es la resolución completa del corazón. ¡Y es urgente hacerlo!
LOS RESULTADOS DE "RESOLVERSE" PARA CON DIOS
Los frutos de una vida de integridad y de concordancia son hermosos e infinitos. ¿Cuáles son algunos aspectos en los que podemos esperar una cosecha de grandes bendiciones?
El Padre te saciará el alma. “Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” (Sal.16:11). “Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre” (Sal.91:14).
El Padre te respaldará en la vida. “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. El recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación” (Sal.24:5).
El Padre podrá usarte con poder. “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” (II Tim.2:21).
Solo a quien esté resuelto decididamente y determinado deliberadamente experimentará pleno gozo interior, respaldo divino y progreso espiritual.
CORAZONES DECIDIDOS: ¡A TOMAR ACCIÓN!
Amados: Como hemos dicho, la irresolución es inaceptable y paralizante, y no ha plenitud en una vida vacilante o dividida. A Dios le agrada un corazón decidido, determinado, deliberado y resuelto. No podemos más estar “entre dos aguas”. Los tiempos finales requieren de una urgente y firme decisión por las cosas de Dios. ¡O somos, o no somos! “El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía” (Ap.22:11).
Pasemos, pues, de la indecision a la entrega. Denostemos los pecados de la tibieza y de la frialdad. Debemos “Quememos los barcos” detrás de nosotros para ya nunca volver atrás.
Los que dejan todo por una vida de verdadera entrega no siempre son comprendidos. “Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían” (Cnt.8:7); pero, por otra parte, quienes toman la decisión de ser totales para Dios considerados valientes. “Caudillos también de Isacar fueron con Débora; Y como Barac, también Isacar Se precipitó a pie en el valle. Entre las familias de Rubén Hubo grandes resoluciones del corazón” (Jue.5:15).
EN TOTALIDAD A DIOS
Una hermosa canción llamada “En Totalidad” escrita por Misael Jimenez resume claramente la entrega que el Señor está esperando de nosotros. Su letra dice:
“En totalidad a ti rindo alma y corazón.
No tengo nada más que dar.
Tómalo, mi buen Señor.
Tómame en tus brazos, Cristo.
Toma mi vida en tus manos
Y haz de mí lo que tú quieras.
Tómame, aquí estoy.”
¡Esta es la manera cómo debemos vivir!
Con amor,
ARIEL ROMERO LÓPEZ
Pastor / Ministerio Vino y Aceite Internacional
——
32 CITAS BÍBLICAS ACERCA DE “CORAZONES DECIDIDOS”:
Dt.23:21
Jos.7:11-13
Jos.24:15
Jue.5:15
I Rey.18:21
Sal.16:2,11
Sal.24:5
Pr.19:27
Ecl.5:4-6
Cnt.8:7
Jl.3:14
Mr.10:21,22
Lc.6:45,52
Lc.9:57,58
Lc.9:59,60
Lc.9:61,62
Lc.22:33,34
Lc.22:60-62
Ef.4:13,14
Col.3:2
St.1:8
St.3:8-10
St.4:4-8
St.5:12
I Tim.3:8
II Tim.2:4,21
II Pe.2:14
II Pe.3:16
I Jn.3:3
I Jn.4:18
Ap.3:16
Ap.22:11
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