San Pablo enseñó a los creyentes: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (I Tes.5:18 RV60).
¡Este es un excelente tiempo para hacerlo, pero también para comenzar toda una vida marcada por la gratitud.
GRACIAS POR LO QUE TENEMOS
A veces no estamos enfocados en todo lo que en realidad tenemos, porque solo estamos enfocados en lo que no tenemos. Alguien dijo alguna vez que “la felicidad no consiste en las cosas que tienes, sino en qué tanto las disfrutas”. Cuando enfocamos todo lo que se nos ha dado nos quejamos menos a causa de las cosas que aún no alcanzamos.
Por esto mismo, aún toda ofrenda que damos al Señor “será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene” (II Cor.8:12 RV60).
BONDADES Y BENEFICIOS
El agradecimiento sincero es una fuente de gran gozo al corazón, tanto para el que agradece como para el que recibe el agradecimiento.
Tiene el poder no solo de cambiar un día aburrido en emocionante, sino en transformar todo nuestro enfoque de vida.
El agradecimiento, además, fortalece las relaciones del hombre, incendiando de calor las conexiones interpersonales, porque no se puede agradecer sin reconocer directamente a la fuente de un bien recibido.
GRATITUD EXTREMA
Debemos buscar ser “agradecidos extremos”, llevando la gratitud “al límite”. Para lograrlo hay qué aprender a llevar el agradecimiento desde el ámbito de los sentimientos hacia las palabras, y de las palabras hasta las acciones. Y es que solo en las “acciones de gracias” es donde el agradecimiento toma toda su fuerza y atrae la mayor bendición a nuestras experiencias y relaciones de vida.
Dicho de otra forma, la gratitud solo es completa cuando la llevamos del sentimiento a las palabras y las acciones.
Recuerda esos tres niveles, y lleva tu agradecimiento al máximo:
Sentimientos.
Palabras.
Acciones.
“¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo? Tomaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre de Jehová. Ahora pagaré mis votos a Jehová delante de todo su pueblo” (Sal.116:12-14 RV60).
“Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí” (Jon.2:9 RV60).
“El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Ef.4:28 RV60).
“ESTAR” O “SER” AGRADECIDO
Ahora bien, hay también una diferencia entre “estar agradecido” y “ser agradecido”.
Lo primero es un estado de ánimo, pasajero, que hoy viene y mañana se va; ser agradecido es algo que somos, que está en nuestra identidad.
Cualquiera ha agradecido alguna cosa alguna vez; pero no todos son caracterizados por ser una “persona agradecida”.
Yo no solo quiero estar agradecido hoy, o cuando me acuerde de dar gracias; yo quiero adoptar esta actitud “para toda la vida” e integrar esa cualidad en mi carácter.
AGRADECIDOS CON DIOS
Es un hecho que con quien primero tenemos qué estar agradecidos es con nuestro Padre Dios.
Una de las historias bíblicas que mejor nos enseñan a hacer esto es cuando diez hombres leprosos fueron sanados por Jesús.
Cuenta San Lucas en su Evangelio que: “Mientras Jesús seguía camino a Jerusalén, llegó a la frontera entre Galilea y Samaria. Al entrar en una aldea, diez hombres con lepra se quedaron a la distancia, gritando:
—¡Jesús! ¡Maestro! ¡Ten compasión de nosotros!
Jesús los miró y dijo:
—Vayan y preséntense a los sacerdotes.
Y, mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra.
Uno de ellos, cuando vio que estaba sano, volvió a Jesús, y exclamó: «¡Alaben a Dios!». Y cayó al suelo, a los pies de Jesús, y le agradeció por lo que había hecho. Ese hombre era samaritano.
Jesús preguntó: «¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Ninguno volvió para darle gloria a Dios excepto este extranjero?».
Y Jesús le dijo al hombre: «Levántate y sigue tu camino. Tu fe te ha sanado.»
(Lc.17:11-19 NTV).
Esta historia es muy ilustrativa porque nos describe las “acciones” que debemos aprender del leproso samaritano:
Se tomó el tiempo: “Volvió a Jesús”.
Ofreció alabanzas: “Exclamó: «¡Alaben a Dios!»”.
Fue expresivo: “Cayó al suelo”.
Se entregó: “A los pies de Jesús”.
Dio las gracias: “Le agradeció”.
Reconoció la fuente: “Por lo que había hecho.”
Por su parte, San Pablo enseñaba a los creyentes de la Iglesia en Colosas sobre la requerida actitud de gratitud, diciendo: “Que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos. Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido. Y todo lo que hagan o digan, háganlo como representantes del Señor Jesús y den gracias a Dios Padre por medio de él” (Col.3:15-17 NTV).
MOTIVOS Y MANERAS DE AGRADECER
Y en cuanto a las razones, hay muchas, porque dice que “sus misericordias son nuevas cada mañana” (Lam.3:23 RV60), y “no olvides ninguno de sus beneficios” (Sal.103:2 RV60).
Pero la principal, por encima de todas, es alabarle por proveernos un Salvador a través de su Hijo: “Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro” (Rom.7:25 RV60), “para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén” (I Pe.4:11 RV60).
Hay muchas formas prácticas para ser agradecidos con Dios, entre las cuáles destacan las siguientes, para empezar:
Adórale regularmente por sus bondades.
Da generosamente para Su obra.
Sirve con gozo dentro de Su casa.
Adorar, servir y dar generosamente son solo algunas formas de agradecer a nuestro Rey de una manera tangible.
"No te vuelvas orgulloso ni olvides al SEÑOR tu Dios, quien te sacó de Egipto, el país donde eras esclavo" (Dt.8:14 NTV).
AGRADECIDOS HACIA OTROS
El aprecio y el reconocimiento son capaces de cambiar una plática, una relación, un ambiente de trabajo, un día estresante transcurriendo, una convivencia estresada, una iglesia cansada.
Sí, es cierto. Vivimos en un mundo en el que, por ejemplo, los camareros a veces pueden ser lentos para conseguirnos más café, donde los reparadores solo pueden prometer que estarán en nuestra casa en algún momento ”entre las ocho y las cinco”, donde las terminales de computadora pueden caer misteriosamente en el momento en que llamamos necesitando información importante.
Así es la vida.
¡Pero aún así, Dios mío, cuánto más gratitud necesita este mundo! Personas que pueden sonreírle a la cara de una trabajadora estresada en la tienda y agradecerle por “al menos intentarlo”… personas que están más dispuestas a escribir una nota de agradecimiento a alguien, que a registrar una queja con la “cabeza caliente” de coraje… personas que no olvidan a los que les dieron una oportunidad cuando nadie más les dio “de su tiempo del día”… gente que trabaja tan duro por “cinco dólares la hora” como lo haría por diez.
Agradezcamos en tiempo y forma a otros los gestos y acciones que realizan para bendecirnos, ya sea de una u otra manera, porque a través de esas personas hemos sido bendecidos indirectamente por Dios.
Abuelos,
Tíos,
Amigos,
Vecinos,
Maestros,
Padres,
Hermanos,
Etc.
... son personas a quienes debemos recordar y expresarles lo mucho que nos han bendecido, demostrando nuestra gratitud tangiblemente.
Si quieres tener un impacto para Cristo en la gente común de tu entorno, solo trata de estar genuinamente agradecido incluso por las bondades más pequeñas que las personas han mostrado hacia ti.
Y no pasará mucho tiempo antes de que te reconozcan como una persona que camina con Dios, porque los tratas como a alguien especial.
Haz todo lo posible para sonreír, abrazar y agradecer a alguien siempre. Contribuirá en gran medida a hacer crecer tu carácter.
APRENDIENDO A AGRADECER
Aprendamos el precioso arte de llevar a la práctica el sentimiento del agradecimiento, hasta convertirlo en “acciones de gracias” que desaten la bendición de Dios sobre nuestra vida personal, aún alcanzando a todos los que están a nuestro alrededor con una radiante llama.
Llama esta semana a ese Maestro que se dio el tiempo de enseñarte las lecciones en la escuela.
Visita y abraza a tus padres, dejándoles saber que valoras su cariño y abnegación.
Felicita en su cumple a aquel amigo o amiga que estuvo junto a ti cuando estuviste en problemas.
¡Y hazlo ahora!
… mientras aún recuerdas los favores y momentos vividos…
… mientras aún tienes la oportunidad de localizarlos…
… mientras aún tienes en vida a las personas importantes de tu vida…
… etcétera.
El antiguo y popular refrán aún encierra una gran sabiduría: “Nadie sabe el bien que tiene hasta que lo ve perdido”.
Recuerda: La gratitud mantiene la comunión con el Dador y el flujo sobrenatural de las bendiciones.
ARIEL ROMERO LÓPEZ
(c) 2024
Bibliografía:
One Minute Bible (Lawrence Kimbrough; Holman Reference)
Nueva Traducción Viviente (Tyndale House Foundation)
Reina Valera 1960 (American Bible Society)
コメント